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Laura Fonseca
Domingo, 22 de febrero 2015, 01:08
Ha vuelto a 'llover' dentro del nuevo HUCA. Pero esta vez la culpa no fue de las inclimencias del tiempo ni de las fisuras en el techo acristalado del atrio de La Cadellada, sino de la rotura de una tubería que anegó la sala contigua a uno de los bloques quirúrgicos. Ocurrió pasadas las diez y media de la noche del viernes, en la primera planta del edificio dos, donde hay diez quirófanos. En concreto, la zona por la que se coló el agua caliente fue el almacén situado junto a las salas quirúrgicas de Traumatología. En el momento en que se produjo la filtración, un auténtica cascada se estaba realizando una operación de urgencia. Fuentes sanitarias señalaron que no fue necesario suspender ninguna cirugía.
Personal de mantenimiento del hospital tuvo que pedir ayuda a trabajadores que en ese momento se encontraban en la zona para poder retirar equipos, entre ellos una torre de anestesia, que se encontraban en el almacén y sobre los que estaba cayendo agua a chorros. Fue necesario hacer una cadena humana para salvar el material. Inmediatamente, se procedió a instalar cubos (los que habitualmente se emplean para la recogida de residuos) y se cortó el agua en esa área en particular.
Según pudo saber EL COMERCIO, fue la rotura de una tubería la que originó el problema. Como consecuencia de la filtración, parte del falso techo acabó cayendo. No es la primera vez que el nuevo HUCA vive una situación como ésta. El pasado jueves el agua también se coló en uno de los sótanos del bloque dos. Una de las juntas de la tubería reventó y parte del nivel -2 por donde discurren los robots acabó inundada. Pero la más sonada fue la inundación de agosto del pasado año, apenas mes y medio después de que el HUCA iniciara su actividad en La Cadellada. Entonces, la tormenta acabó anegando la zona del atrio. Los daños estructurales y las goteras que dejó aquel percance aún persisten.
Por su parte, el Sindicato Médico (Simpa) presentó ayer un informe remitido a la Inspección de Trabajo en el que denuncia «graves anomalías» en los quirófanos y áreas de reanimación del nuevo hospital. El pormenorizado documento de 18 páginas, donde se aportan fotos, detalla que en los quirófanos hay regletas tiradas por el suelo, tubos de anestesia que no conectan con las torres correspondientes o cableados sin recoger. También se hace eco de los vestuarios sin taquillas y de fallos en la recogida de material sucio y orgánico.
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