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AZAHARA VILLACORTA Y LAURA FONSECA
Martes, 17 de febrero 2015, 00:20
Los profesionales del servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) ya no pueden más. «Estamos desbordados y castigados», explicaron ayer en el transcurso de una asamblea convocada por el Sindicato Médico de Asturias (Simpa) en la que los especialistas denunciaron un nuevo «ataque» por parte de los responsables del centro sanitario que viene a echar leña al fuego a la guerra abierta en los últimos tiempos y que provocó, incluso, la dimisión del jefe del servicio, Serafín Costilla.
El problema de fondo es que escáneres y resonancias siguen acumulándose y enturbiando las listas de espera en vísperas electorales y, para remediarlo, los responsables del HUCA han decidido imponer la reapertura del viejo hospital con la oposición frontal de los facultativos, que explican que en las instalaciones de El Cristo «proliferan las ratas» y siguen sin reunir las condiciones de seguridad e higiene necesarias. De manera que, por ejemplo, «el agua sale turbia y beber se convierte en toda una odisea».
El plan de los gestores está ya trazado: a mediados de la próxima semana, abrirán una sala de resonancia en el complejo de El Cristo para hacer una media de 10 a 12 pruebas diarias y al viejo HUCA irán un radiólogo, un físico y una enfermera.
Pero es que, además, en paralelo y con el objetivo de reducir esa lista de espera «sea como sea», en el nuevo HUCA también se realizarán resonancias los sábados y los domingos. Unas pruebas que, para más inri, se harán sin la supervisión de ningún médico radiólogo, sino que estarán en manos de los técnicos de Rayos toda vez que los responsables hospitalarios se hayan negado a abonar el coste que supone la presencia da facultativos los fines de semana y de que las condiciones ofrecidas a los médicos resultasen «inaceptables».
Adiós a las «guardias mixtas»
Concretamente, en el centro de La Cadellada se abrirán dos salas, en doble turno. La idea allí es realizar de 10 a 12 pruebas por máquina y turno. Es decir: entre 80 y 96 por fin de semana. A todo trapo para terminar con el colapso. De manera que las pruebas realizadas en el mayor hospital público de Asturias se derivarán a clínicas privadas para que puedan ser informadas allí por un especialista. Fundamentalmente, a la Clínica Asturias y el Centro Médico.
Pero es que los «castigos» de los que hablan los profesionales no terminan ahí. Hay «una presión tremenda» para conseguir unas listas de espera aceptables antes de los comicios a coste cero, critican. Y la prueba es que los responsables sanitarios del Principado amenazan con dejar también a los médicos sin las denominadas «guardias mixtas».
Así es cómo se llama la solución de compromiso alcanzada entre la dirección y los profesionales para tratar de adelgazar las listas de espera, una fórmula que se encuentra entre la guardia y las horas extra, toda vez que la Gerencia del HUCA se niega a hablar de «peonadas».
Esas «guardias mixtas» deberían utilizarse para sacar adelante la ingente tarea del servicio de Radiodiagnóstico, pero los médicos aceptaron utilizar también ese tiempo para sacar adelante escáneres y resonancias que se siguen acumulando.
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