El Rectorado no recurrirá la sentencia de los médicos vinculados

«No vamos a recurrir la sentencia. El juez deja claro que la retirada del complemento retributivo a los profesores que trabajan en el HUCA no está justificada y hay que ejecutarla. Reclamaremos ese dinero al Principado y negociaremos cómo lo vamos a hacer», afirmó el vicerrector de Profesorado y Ordenación Académica de la Universidad de Oviedo al día siguiente de que el juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Oviedo fallara a favor de los 53 docentes de la Facultad de Medicina que en enero de 2014 dejaron de percibir sus complementos por repartir su jornada con el Hospital Universitario Central de Asturias. Son los conocidos como profesores vinculados.

Julio Antonio González recordó que corresponde al Principado abonar esos emolumentos. «Lo primero es resolver el problema inmediato que afecta a estos profesores -estimado en 381.000 euros- y después, abordar el pago de los dos millones que nos debe Sanidad por haber adelantado ese pago desde 2007 sin que el Sespa nos lo haya reembolsado», expone el vicerrector, quien no espera desencuentros con el Principado. «Las instituciones estamos llamadas a entendernos, pero, si no fuera así, los reclamaremos incluso por vía judicial».

El problema se remonta a 2002, cuando, dentro de las mejoras salariales a los médicos, el Principado acordó crear un complemento retributivo llamado Sespa, cuya cuantía incorporó en 2007 al complemento específico. Los profesores vinculados, que dependen administrativamente de la Universidad, no figuraron como destinatarios de dicho complemento y el Principado dejó de reconocerles salarialmente como trabajadores propios.

«La Universidad siempre adelantó el dinero y el Sespa lo pagaba después. En 2007 dejó de hacerlo porque entendió, en contra de nuestro criterio, que, al no figurar en el acuerdo del BOPA de 2007, no tenían base legal para reclamarlo. En diciembre de 2013 nos refirió un informe y la Universidad dejó de pagarlo en 2014. Ahora el juez dice que el Principado no tenía razón», concluye González.