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TERRY BASTERRA
Martes, 30 de diciembre 2014, 00:17
A las 11.30 horas de hoy está previsto que el presidente del Gobierno central inaugure el último tramo de la autovía del Cantábrico en Asturias, el La Franca-Unquera. Se espera que no más tarde de unas horas después los primeros vehículos ya estén circulando por estos nuevos 4,3 kilómetros de vía de alta capacidad que pondrán fin a un tramo de carretera nacional que históricamente ha registrado importantes atascos; en especial durante las operaciones salida y retorno de los diferentes periodos vacacionales, al ser el embudo en el que se veían atrapados los turistas cuando entraban o salían de la región por su extremo Este. Y es que si de media esta carretera soporta el tránsito de 12.575 vehículos diarios, según los datos del Ministerio de Fomento, durante el verano y los principales puentes festivos esta cifra se incrementaba de forma exponencial.
Pero con la conclusión de la A-8 en el extremo oriental de Asturias también se pasará página a la peligrosidad que han entrañado desde su apertura en los años 60 los 22 kilómetros de la N-634 entre Llanes y Unquera y que sólo en las dos últimas décadas acumula más de medio centenar de víctimas mortales.
Y es que la apertura del tramo Llanes-Unquera ha sido una historia que el actual Ejecutivo central ha dividido en capítulos. En cuatro para ser exactos. El primero, el Llanes-San Roque, entró en servicio finales de septiembre de 2012. Un año después, a primeros de octubre de 2013, se abrió el San Roque-Pendueles. Y el Pendueles-La Franca lo hizo este pasado agosto. Estos tres subtramos, de entre 4 y 7 kilómetros cada uno, han sido todos inaugurados por la ministra Ana Pastor, que hoy acompañará a Mariano Rajoy en el acto previsto en las inmediaciones de Bustio.
Estas sucesivas aperturas de nuevos kilómetros de autovía también han ido reduciendo la extensión de las retenciones que tenían que soportar los conductores de la N-634, especialmente en el verano. Unas congestiones que no desaparecían hasta que los vehículos abandonaban la N-634 y se incorporaban de nuevo a la A-8 ya a la altura de Unquera.
Pero durante este 2014 que ahora acaba también ha habido otra causa que ha colaborado notablemente a la generación de retenciones en el tráfico: los trabajos de construcción de la autovía. En estos meses ha sido constante la entrada y salida de camiones a la N-634 desde la zona de obras, lo que obligaba a los operarios a cortar el tráfico para que estos vehículos pesados se incorporasen a la circulación.
La propia marcha de los trabajos de construcción de la A-8 a su paso por la ladera de Villasola también obligó durante los pasados meses a cortar de forma puntual uno de los carriles de la N-634 entre El Peral y Bustio. En algunas ocasiones los motivos se debían a corrimientos de tierra registrados en la ladera, mientras que en otros eran necesidades técnicas de la obra.
La de ayer fue la última jornada completa en la que la N-634 ejercició de principal puerta de Asturias en su extremo Este. La menor afluencia de vehículos debido a las fechas navideñas y a la conclusión de la construcción del La Franca-Unquera -a falta de los últimos remates- hicieron que el tráfico ayer por la nacional fuese más fluido que en los meses previos. Las únicas pequeñas congestiones se debieron' a una pala que había trabajando en la parte alta del trazado de Villasola, antes de El Peral, con el fin de dejar totalmente listo el trazado del flamante nuevo tramo de la A-8 que inaugura hoy Mariano Rajoy.
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