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MARCO MENÉNDEZ
Sábado, 20 de diciembre 2014, 01:30
Es originaria de China, pero está causando estragos en Europa. Hasta ahora, se pensaba que sólo había llegado a Lugo, pero la avispa asiática (Vespa velutina) ya ha entrado en Asturias. En muchos concejos del Occidente ya se han encontrado nidos, lo que preocupa, y mucho, al sector apícola asturiano. Carlos Marín, veterinario de la Federación de Asociaciones de Apicultores del Principado, indicó que «hasta ahora había un seguimiento de los concejos más cercanos a Galicia, pero ya hemos encontrado los primeros casos en municipios como Castropol, Taramundi y El Franco. Está habiendo una expansión más rápida de lo que se esperaba».
¿Cuál fue el problema hasta el momento para no haber localizado los nidos? El biólogo Antonio Gómez Pajuelo, uno de los principales expertos mundiales en abejas, indicó que «es con la caída de las hojas de los árboles cuando se detectan. Pero ya están inactivos. Las reinas abandonaron el nido y en otoño se meten en huecos de los árboles para pasar el invierno. En primavera fundan un nido nuevo que quedará muy protegido por el follaje y será muy difícil verlo». Lo malo es que de un nido viejo pueden salir de 200 a 300 reinas y cada una de ellas fundará uno nuevo al año siguiente, con lo que su expansión será imparable.
«Su hábitat ideal»
«El año que viene se verá más presencia de avispa asiática en Asturias. Este año se vieron, pero no produjeron daños», explica Carlos Marín, quien recuerda que estas avispas ejercen una mayor presión sobre las colmenas pequeñas y fijas, es decir, las típicas de todo el norte de España.
Los expertos están de acuerdo con que «es cuestión de tiempo» que la avispa asiática ocupe todo el territorio asturiano. «Es su hábitat ideal. Dentro de dos años estará en toda la región, a menos que se adopten medidas novedosas para controlar su población. Desde 2005 ya se está intentando en Francia, pero la invasión es imparable», asegura Marín.
¿Qué se puede hacer para frenar esta amenaza? La realidad es que muy poco, debido a la legislación en vigor. Los apicultores tienen puestas sus esperanzas en las investigaciones que están llevando a cabo algunos laboratorios farmacéuticos para desarrollar una feromona específica que permita controlar la avispa asiática, pero también es posible que ese remedio no se llegue a alcanzar o que, por intereses comerciales, las empresas retrasen su salida al mercado -también habrá que ver a qué precio- para que haya una mayor demanda.
La legislación española no permite poner en práctica los métodos que se están utilizando actualmente en Francia. En Asturias, una solución temporal podría pasar por desarrollar una política similar a los daños causados por el lobo en la cabaña ganadera, es decir, que el Principado compense las pérdidas de los apicultores.
Bajará la polinización
En realidad, esta avispa no supondrá la desaparición de la abeja común. Gómez Pajuelo indica que «no es un problema de la abeja, sino de la explotación apícola, que será la que esté en peligro por la pérdida de rentabilidad en explotaciones pequeñas donde los ingresos ya están muy medidos. Que afecte a las colmenas puede suponer dejar coja una explotación agrícola y que deje de ser rentable».
Las avispas asiáticas son cazadoras territoriales, generalmente cerca de su nido. «Si localizan una colmena, irán todos los días a comer abejas. Al final del año, el productor puede perder el 50% de sus colmenas, con lo que la rentabilidad se va a pique», apunta Gómez Pajuelo.
En todo el norte de España hay colmenas pequeñas y fijas, al contrario de lo que ocurre en el resto del país, donde son grandes y trashumantes, es decir, cada mes y medio o dos meses sus propietarios las cambian de emplazamiento.
Habrá también un descenso en la polinización, aunque no demasiado grave, pues las abejas son las responsables del 80% de la polinización, y el resto recae en insectos silvestres. No obstante, Carlos Marín asegura que «no hay unos estudios que nos digan hasta qué punto la polinización depende de la abeja. Será muy complicado de valorar. Seguro que habrá problemas con la polinización, pero debería de estar avalado por estudios. En Asturias, seguirá habiendo manzana para la sidra, pero es posible que baje la rentabilidad. De momento, son todo especulaciones».
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