«Mi padre estaría orgulloso de recibir este premio en el pueblo de su alma»

«Mi padre sería hoy la persona más orgullosa del mundo al recibir este galardón concedido por el pueblo de su alma». Con esta frase iniciaba su intervención el actor Eduardo Noriega que, en representación de la familia, agradeció la concesión del Premio Ribadedeva 2014 a su progenitor.

Noriega trazó el perfil biográfico de su padre y lo fue salpicando con anécdotas y sugerencias. Recordó que había nacido en México, en el año 1910, y que vivió en Estados Unidos, «donde por primera vez asistió al colegio». Suponía que en la familia se hablaría de su tierra y vería fotografías, razón por la que «añoraba Colombres sin conocerlo». A los 11 años llegó Pío a Colombres para cuidar del abuelo Víctor, «una situación que va a ser determinante para desarrollar su sentido de la responsabilidad».

Durante la Guerra Civil regresó a México «donde idealiza a Colombres y esa idealización no se desvaneció porque celebraba cada año la fecha de su vuelta definitiva a España. Esa pasión por Ribadedeva se acrecentaba con el paso de los años».

Eduardo explicó que su padre era «un hombre que se involucraba a conciencia, incluso convirtió su afición a la numismática y la filatelia en una profesión». Eso sí, detalló que «todas sus aficiones tenían que ver con Colombres, como la cueva del Pindal, los fósiles o la arquitectura indiana». Lo definió como «una persona extrovertida, vehemente y colaboradora». Reconoció que había ayudado a mucha gente a lo largo de su vida y significó que «esa colaboración desinteresada tenía relación, la mayor parte de las veces, con la enseñanza».

El actor hizo hincapié en que Pío Noriega había sido «un embajador impagable de su tierra: ponía tal empeño en sus vehementes recomendaciones que estaba convencido de que Colombres era la capital del mundo». Por esa razón matizó que «el recuerdo que tengo de mi padre es inseparable de Colombres». «La familia también está hoy muy orgullosa», concluyó entre aplausos.