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O. SUÁREZ / L. ÁLVAREZ
Domingo, 30 de noviembre 2014, 01:00
José Ignacio Bilbao Aizpurua insultó al juez de Pravia durante la vista en la que se acordaron las medidas paterno filiales para las dos hijas que tenía con su expareja, lo que le acarreó una sanción administrativa. Al parecer, llegó tarde a la hora fijada en la citación y, al ser reprendido por el juez, respondió con improperios y palabras injuriosas.
Vejaciones. Bárbara García denunció a su expareja en mayo de 2013 por vejaciones y pidió una medida de alejamiento para ella.
Archivo. El juez archivó la causa y denegó la medida de protección al considerar que no existían pruebas.
Insultos. Fue sancionado por insultar al juez durante la vista en la que se acordaron las medidas paterno filiales.
Manutención. La madre lo denunció recientemente por impago de la pensión.
La escena tuvo lugar hace un año y medio, poco después de que la pareja se separase tras diez años de convivencia, y de que Bárbara García le denunciase por vejaciones y pidiese una orden de protección. El mismo juez archivó la denuncia y denegó la medida de protección. Según explicó el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), «la denunciante incidió en su relato en que no ha habido agresión física alguna ni durante el altercado que hizo mención ni antes, que fueron únicamente insultos en una discusión muy subida de tono, pero no presentaba parte alguno de lesiones ni consideraba que su pareja fuese un hombre violento, ni con ella ni con las dos hijas que tenían en común, aunque sí manifestó que desde hacía un tiempo las discusiones de este tipo se habían repetido».
La mujer «hizo constar expresamente que no quería que sus hijas cortasen la relación con su padre. Tras la declaración y la valoración de las circunstancias referidas, el juzgado de Pravia, de acuerdo con el ministerio fiscal, acordó el sobreseimiento de dichas diligencias denegando la orden de alejamiento».
Cuatro horas a la semana
El juez estipuló que el padre podría pasar cuatro horas a la semana con las niñas: los martes y jueves de 4 a 6 de la tarde. José Ignacio Bilbao Aizpurua no vio durante varios meses a las pequeñas porque regresó a vivir al País Vasco, de donde era originario y donde aún reside parte de su familia. Estaba en situación de desempleo desde hacía años, después de cortos periodos trabajando en bares de la zona de Cudillero, Pravia y Novellana. En agosto volvió a Asturias, tras enterarse de que su expareja había iniciado una nueva relación sentimental con otro hombre. No lo soportó y quiso estar cerca de la que había sido su familia, por lo que alquiló un piso en la localidad cercana de San Juan de la Arena. Fue entonces cuando se hicieron efectivas las medidas paterno filiales fijadas.
De esta forma, el padre acudía cada martes y jueves a buscar a las niñas a Soto del Barco y se las entregaba a su madre dos horas después. «Estaba siempre con ellas en el parque de al lado del colegio y si llovía las llevaba a San Juan. Con ellas aparentemente estaba normal y nunca vimos que las riñese ni que las tratase mal, aunque nunca se sabe lo que pasa de puertas para adentro de una casa», comentaba una vecina.
La última denuncia interpuesta por la madre fue hace escasos meses, por incumplimiento del pago de los 150 euros que le tenía que abonar en concepto de pensión alimenticia. No se había llegado a celebrar el juicio aún.
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