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Adrián Ausin
Viernes, 28 de noviembre 2014, 02:02
«Estamos temblando. No nos lo podemos creer». En la Cervecería El Parque, adonde José Ignacio Bilbao Aizpurúa acudía hasta tres veces al día, anoche no daban crédito a su criminal acción. «A las dos de la tarde estuvo aquí, sentado en la terraza, hablando con mi padre», informaba Dolores, hermana de la propietaria del negocio.
José Ignacio Bilbao, según indicó, vivía en San Juan de la Arena «desde el pasado verano». En estos pocos meses, el autor del brutal asesinato de sus dos hijas, de origen vasco, adquirió la costumbre de frecuentar esta cervecería, donde encontró refugio tras su separación matrimonial. «Venía hasta tres veces al día. Por la mañana, al mediodía y por la noche. Era una bella persona. Amable, muy educado y nunca tomaba alcohol. Todo lo más un café o un mosto. Se sentaba, leía el periódico y a veces hablaba con mi padre», apuntó.
El último recuerdo del criminal en esta cervecería data de ayer mismo a las dos de la tarde, poco antes o después de cometer el brutal asesinato de sus dos hijas. Sin embargo, en El Parque no notaron nada. No apreciaron ninguna diferencia respecto a sus otras múltiples visitas al establecimiento.
José Ignacio Bilbao, de 55 años, con el pelo blanco y gafas, no era una persona muy conocida en San Juan de la Arena. Se sabe que vivía en la avenida de los Quebrantos, que estaba en el paro tras una larga etapa en diversos establecimientos hosteleros y que frecuentaba a todas horas la mencionada cervecería. Otros vecinos, sin embargo, no tenían la menor referencia del asesino ni, mucho menos, de sus dos hijas, a las que mató ayer en su domicilio de esta localidad del municipio Soto del Barco.
«Aquí no lo conoce nadie», comentaban en el conocido restaurante local El Sibarita, conmocionados por la noticia del doble crimen y el posterior suicidio del autor. «Ningún cliente sabía de él. Solo han comentado que debía ser uno que llamaban 'el vasco'», anotaba la propietaria.
Su exmujer, Bárbara García Martínez, había fijado su domicilio en Soto del Barco aunque es natural de Cudillero, donde su familia es muy conocida. Hija de Antón y 'La Chata', ya fallecidos, tiene varios hermanos, entre ellos el que fuera segundo comandante Naval de Marina en Asturias, Luis Antonio, que ahora ejerce el mismo cargo en Cantabria.
La mujer había rehecho su vida con otro hombre tras haber pasado una etapa de dificultad económica por el abandono de José Ignacio Bilbao, según indicaron ayer sus vecinos conmocionados por la noticia, que también se hacían eco del presunto maltrato a las niñas por parte del suicida.
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