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LETICIA ÁLVAREZ
Lunes, 17 de noviembre 2014, 00:35
Cuando la crisis comenzó a golpear con dureza, en 2010, un grupo de excursionistas buscó la manera de ayudar y se les ocurrió la idea de aprovechar sus salidas al campo para denunciar la cantidad de proyectos multimillonarios que habían quedado en el olvido, víctimas también de la nueva situación económica, y que solían encontrarse a su paso. «Propusimos destacar estos despilfarros e intentar convencer a las instituciones para que les den nuevos usos, sobre todo, para personas con problemas o discapacidad». Durante tres años fotografiaron cada macroproyecto y documentaron su estado y su coste de inversión, pero ninguna de las instituciones a las que llamaron a la puerta les ha dado respuesta. Manuel López, empleado del Ayuntamiento de Oviedo, es su portavoz.
¿Sienten que han fracasado?
En absoluto. Nosotros vamos a seguir en esta línea. Sí puedo decir que todos los grupos políticos con representación parlamentaria, ayuntamientos y consejerías tienen nuestros dosieres y ninguno se hace eco de ellos porque entre todos se repartieron este pastel.
Un pastel enorme en el que se incluyeron fondos europeos para revitalizar la zona rural, fondos mineros... ¿Quién daba viabilidad a esos proyectos en ocasiones tan absurdos?
Los alcaldes de cada zona, claro. Actuaban por mimetismo. Basta con observar los concejos limítrofes para ver cómo se imitaban unos a otros, ni siquiera tenían ideas propias. Así, si Proaza tiene el cercado de los osos; Belmonte el de los lobos, y Sobrescobio, el del urogallo. En Sobrescobio, en concreto, fueron más allá y crearon el hospital de la fauna, que permanece cerrado. ¿Pero qué se piensan, que esto es el Serengueti? Aquí no hay lista de espera para atender animales en un centro hospitalario que tiene hasta sala de musculación.
Despilfarros que se suman a enriquecimientos cuando menos dudosos, ¿qué opinan desde Sendas de Asturias de casos como el del exlíder del Soma, José Ángel Fernández Villa?
Nosotros creemos que si Villa tuviese el valor de ir a declarar, no solo al Parlamento sino también ante un juez, le haría el mejor favor a Asturias, porque lo de sus 1,2 millones se quedaría en una anécdota. Es tanto lo que sabe y lo que se hizo que imagino que muchos de los que están frente a él están temblando porque son conscientes de que pueden pasar de acusadores a acusados. En el fondo, no querrán que vaya a declarar porque, insisto, en esta merienda participaron todos, tanto con reparto de dinero como de puestos de trabajo. Nadie habla de ello, pero la corruptela de cargos en la Administración de las familias políticas y sindicales de Asturias es tremenda.
72 millones de euros en edificios abandonados. ¿Ven posible que pueda volver a repetirse una orgía de gastos de este tamaño?
Es muy difícil que se vuelva a repetir porque no se volverá a tener tanta cantidad de dinero ni tanto incompetente para usarlo. Esto servirá de experiencia para que los partidos que logren subsistir miren mejor lo que hacen y tengan en sus filas a gente más competente. Lo que ocurre en el Principado es como para escribir un libro.
¿Cuál es el ejemplo que más les ha llamado la atención?
Hay ayuntamientos con infraestructuras que ya las quisiera para sí una gran ciudad. Sobrescobio se lleva la palma. Tiene, como antes dije, un hospital de fauna, centro del urogallo, piscina cubierta, dos bibliotecas, calles adoquinadas con sus farolas y un sinfín de equipamientos más.
¿Qué sensaciones les produce ir descubriendo estos desmanes?
Creemos que hacemos una buena labor, pero fue tanto lo que vimos en esos tres años que, por una cuestión de higiene mental, este año lo hemos dedicado a conocer gente que, con ayudas públicas, ha hecho todo lo contrario a los políticos y ha sabido emprender un proyecto en muchas ocasiones muy interesante e ilusionante, sobre todo, en las zonas rurales. Nosotros colaboramos con ellos en divulgar lo que hacen y conseguir que se vendan sus productos. De verdad, hemos conocido a gente que merece la pena, en contraposición a todo lo que hacen los políticos que están gastando mucho dinero y no sirve para nada.
¿Seguirán recorriendo las sendas del despilfarro?
Por supuesto, no vamos a parar. Llegados a este punto y con la que está cayendo, en 2015 vamos a hacer una segunda campaña. Por un lado, vamos a poner al día el estado de las construcciones de la primera campaña y ahora vamos a crear una especie de observatorio sobre el despilfarro y el abandono de otros edificios singulares que son joyas arquitectónicas, como San Antolín de Bedón, Valdediós y el Palacio de Olloniego. Vamos a poner en evidencia su abandono. Además, hablaremos sobre despilfarros en los polígonos industriales con los fondos Leader y Feder y sobre la rehabilitación de casas rurales, porque de nuestra experiencia venimos deduciendo que en la mayoría de los ayuntamientos, tanto del oriente como del occidente, hay alojamientos rurales cuyos titulares son alcaldes, exalcaldes y dirigentes de los sindicatos agrarios.
No les va a faltar trabajo...
Es más, queremos sacar a la luz una serie de edificios y fincas vinculadas a proyectos que en algunos casos se compraron y ni siquiera se tomó ni posesión de ellos. Es decir, hay un suelo pagado con dinero público del que siguen haciendo uso sus propietarios cuando habría gente joven que seguro que estaría dispuesta a poner en marcha algún proyecto en él. ¿Cómo podemos permitirnos el lujo de tener fincas de propiedad públicas abandonadas?
Y ¿qué proponen?
No se trata de denunciar por denunciar. Para la mayoría de estos edificios proponemos usos compartidos o alternativos. Esas propuestas también están en manos de ayuntamientos y Principado, pero actuaron como el perro del hortelano... que ni come ni deja comer.
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