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EVA MONTES
Viernes, 17 de octubre 2014, 00:47
«El MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) crea fenómenos y Harvard los ficha. Nosotros queremos ser el MIT, queremos ser la cantera». Con esta referencia puntera de la investigación norteamericana y mundial relacionó el consejero de Sanidad la Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria del Principado (Finba), que tomará carta de naturaleza en la primavera de 2015. Será cuando las obras de adaptación del pabellón del antiguo psiquiátrico de La Cadellada hayan cumplido su plazo de cuatro meses y cuando el comité científico externo ya haya seleccionado los grupos de investigación asturianos capaces de cobijarse bajo el paraguas de su excelencia. «Somos capaces de fidelizar a nuestros investigadores y si aun así Harvard los acaba fichando, pues estaremos orgullosos de ello», apostilló Faustino Blanco, tras la primera reunión ejecutiva del patronato de la Finba, al que se incorporó Luis Fernández Vega, en representación de la Universidad de Oviedo, y el Ayuntamiento de la capital.
La sesión de trabajo, calificada por Blanco como «intensa, prolija y sustancial», estuvo repleta de nombres propios. Desde la confirmación de Carlos Suárez como director del comité científico, hasta la identidad de los siete miembros del órgano externo, que decidirá, libre de la presión de la cercanía, cuántos y cuáles grupos de investigación asturianos pueden incorporarse a la fundación. «Hay tres condiciones ineludibles de partida: disponer ahora mismo de un espacio físico, contar con personal contratado a tiempo completo y tener activo un proyecto con financiación, al menos, nacional. Eso es condición 'sine qua non', pero después el nivel de calidad lo decidirá el comité externo», afirmó Carlos Suárez, quien no quiso cuantificar los grupos con condiciones para entrar en la Finba, pero aseguró que no llenarán los 30 despachos disponibles.
Personalidades científicas
Esos expertos nombrados ayer estarán presididos por el profesor Guido Kroemer, «una personalidad científica mundial. Baste decir que, además de los numerosos premios con que cuenta, sus trabajos, más de 850, han sido citados en 85.000 ocasiones por otros autores y colegas», le definió Suárez, antes de ir desgranando los méritos de los otros seis «expertos en diferentes áreas que evaluarán el nivel de excelencia de nuestros grupos, excelencia que tendrán que revalidar cada cinco años, porque en la Finba se puede entrar, pero también se puede salir».
En cualquier caso, los últimos en entrar serán los futuros cabezas de cartel de la investigación exterior, la que proceda de fuera de Asturias. Carlos Suárez situó en el segundo semestre de 2015 la convocatoria para ellos, «para aquellas promesas que quieran venir a crear su propio grupo en un entorno prometedor. Nosotros les aportaremos un postdoctoral y un técnico de laboratorio. Tienen que presentar candidatura y tener un nivel muy alto, pero pueden venir de aquí, de París o de Bruselas».
En cuanto a la financiación, el consejero de Sanidad afirmó que el millón de euros anual de partida es una cantidad «estable y suficiente», epítetos que fueron creciendo en intensidad, según fue desarrollando su razonamiento. «El millón de este año no se ha gastado y cada año se repondrá. Yo estoy seguro de que la fundación va a generar ingresos y la situación financiera no es sólo estable. Yo diría que es sólida. Tenemos que crecer desde abajo, ser sensatos y prudentes y saber detectar las líneas de futuro. Si lo hacemos, puede que tengamos los proyectos más importantes del país», aseveró.
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