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LAURA FONSECA
Domingo, 14 de septiembre 2014, 01:08
Habitaciones, consultas, escáneres, resonancias, laboratorio, salas de espera con pacientes y ¡zas!: de repente, un salón de belleza, una oficina bancaria, un kiosco y hasta una tienda ecológica. Tranquilo, no se ha equivocado de pasillo, sigue usted dentro del HUCA. El nuevo hospital, que lleva ya tres meses funcionando en La Cadellada, ha seguido el camino de los centros más modernos y ha incorporado un área comercial en la que conviven varios locales donde los clientes, incluidos pacientes hospitalizados que puedan desplazarse hasta allí, tienen a su disposición desde zumos vegetales, cestas personalizadas o yogurt helado hasta gominolas saludables (a base de zumos y sin grasas transgénicas), material de papelería, periódicos (entre ellos, EL COMERCIO) y revistas. Por poder, pueden hasta cortarse o teñirse el pelo, afeitarse o peinarse. También hacerse un tratamiento de estética.
De momento son cuatro (cinco, contando los puestos de cupones de la ONCE), los ramos comerciales que habitan en los bajos del HUCA. Están ubicados en el edificio de hospitalización, en la planta baja, tras el hall de recepción. Kioscos HUCA (que también cuenta con otro local en Consultas Externas), la peluquería Rosa Vázquez, la tienda Galenas (de Fundosa, Fundación de la ONCE), el Banco Santander y el puesto de cupones de la ONCE, con Genara Medrano al frente, han sido los primeros en recalar en el recinto hospitalario. Algunos llegaron en junio, a la vez que el HUCA abría sus consultas. «Cuando aquí no había nadie y esto todavía estaba en obras», relata Genara. En breve, se incorporarán un local de productos de higiene corporal y, dicen, hasta una tienda de ropa interior.
Para todos ellos, tener su actividad comercial dentro de un hospital constituye toda una novedad y un reto. Para poder 'vender' en el HUCA tienen que cumplir unos requisitos bastante estrictos. Para empezar, nada de productos alcohólicos ni mucho menos tabaco. Algunos, además, deben abrir en festivos y domingos. María Soler, de Galenas, asegura que la gente «se sorprende». «Muchos no están aún enterados de que aquí hay tiendas. De momento, funcionamos con el boca a boca», cuenta. En su local, se pueden encontrar panes ecológicos, productos asturianos (desde Afuega'l pitu hasta queso de Vidiago) o comida dietética. También piezas sueltas de fruta. «Todo muy sano», remarca Alicio González, formador.
Muchos ofrecen servicios a los pacientes ingresados. «A quienes nos lo piden, les subimos la prensa a las habitaciones», cuenta Lucía del Valle, que asegura que «se establece una relación muy especial con los clientes, ya que algunos pasan aquí varios días bien porque vienen de visita o porque están ingresados». Arreglarse el pelo o afeitarse es otra de las posibilidades mientras se está hospitalizado. «Hacemos tratamientos en las habitaciones siempre que la situación lo permita», aclara Rosa Vázquez, cuya peluquería, única con permiso para trabajar dentro del HUCA, está encontrando mucha tirada entre el propio personal y los visitantes. Vázquez está pensando en incorporar talleres de maquillaje para pacientes oncológicas.
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