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Un lector sobre la camisa de Manuel Menéndez chequea el estado de su marcapasos, ayer.
5.000 asturianos atados al marcapasos

5.000 asturianos atados al marcapasos

La telemedicina evitará ese viaje; de momento el sistema ha comenzado con los usuarios de Cangas del Narcea

R. MUÑIZ

Sábado, 12 de julio 2014, 00:44

Hace un par de semanas que los usuarios de marcapasos de Cangas del Narcea juegan con ventaja. Gracias a la telemedicina, ya no necesitan viajar hasta el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) o al de Cabueñes para pasar la revisión del aparato. Un ingenio electrónico hace posible que ese chequeo se libre a distancia. «La idea es que no tengan que desplazarse ellos, sino que lo haga la información», resumía ayer César Morís, jefe del Área del Corazón del HUCA.

Una vez instalado el marcapasos, los pacientes cardíacos pasan una primera revisión al mes y luego se verifica la buena marcha del instrumento una vez al año. La evolución de los marcapasos está permitiendo ampliar sus funciones y facilitar la lectura de los datos que recogen. Ahora los más comunes informan del estado de la batería y las posibles arritmias registradas «con sólo pasar por encima del cuerpo del paciente un analizador de marcapasos, instrumento que se asemeja a un teléfono móvil», amplía Morís.

El chequeo se libra así en unos 20 minutos «y sin necesidad de que el usuario se desvista», agrega. Así son los controles que se vienen practicando en el centro de control de marcapasos. La novedad ahora es que esta supervisión se realiza también a distancia. Esta semana una quincena de cangueses en vez de abandonar el concejo sólo tuvieron que acercarse al Hospital Carmen y Severo Ochoa, donde el equipo del cardiólogo Jorge Fuertes les pasó por encima el lector. Una luz verde confirmó que los datos del marcapasos se extrajeron con éxito al ordenador y desde ahí pasaban al instante al centro de control del HUCA.

«Si vemos que hay alguna anomalía, o que la batería está baja, entonces ya solicitamos al usuario que sí venga a Oviedo, pero lo óptimo del sistema es que evitamos molestias a un paciente que tiene un perfil muy particular», explica el jefe del Área del Corazón. En Asturias son más de 5.000 los usuarios de marcapasos y la mayoría están próximos a los 80 años, circunstancia «que le complica a él y a la familia el tener que desplazarse a Oviedo para una prueba de 20 minutos», reconoce. De los cinco últimos pacientes atendidos por el centro de control, cuatro tenían más de 80 años. Uno de ellos fue Manuel Menéndez, de 85 años y cuyo latir es custodiado desde hace ocho; ayer mostró ante las cámaras cómo funciona el sistema.

De momento el avance se está implantando en Cangas del Narcea pero «lo deseable es que poco a poco podamos extenderlo a toda la región» -avanza Morís- «Cuantas más molestias evitemos al usuario mejor».

Son los primeros pasos de una telemedicina a la que con el tiempo también se le conocen límites. Hace cuatro años el Principado convocó un concurso para dotarse de marcapasos requiriendo entonces que el suministro incluyera un analizador para cada paciente. La intención era dar al usuario las instrucciones necesarias para que desde su casa pudiera supervisar la buena marcha del marcapasos, algo que «no funcionó; la gente tenía dudas de si los datos habían llegado a la consulta y al final acudían igual para comprobarlo».

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