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LAURA FONSECA
Sábado, 28 de junio 2014, 00:44
La Cadellada inició ayer su jornada laboral al grito de '¡Consejero, dimisión!'. Cerca de 300 profesionales se concentraron a primera hora (entre las 8.15 y las 8.30 horas) ante el edificio de hospitalización para hacer público su descontento por la cascada de fallos que acumula el nuevo HUCA, los cuales han sido llevados ante la Inspección de Trabajo. Convocados por el Sindicato Médico (Simpa) y la Asociación de Facultativos del Hospital, a los que luego se uniría Sicepa-Usipa, la protesta discurrió megáfono en mano y tras una pancarta en la que se podía leer 'Primero, los pacientes'.
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Carta de los psiquiatras y de la Junta de Personal del HUCA en ELCOMERCIO.es
Había trabajadores de todas las categorías y servicios, aunque se observaba una mayor presencia de médicos, sobre todo de Urgencias y Pediatría, presentes casi en bloque. Entre los facultativos se pudo ver a varios jefes de servicio y de sección, algunos de ellos poco simpatizantes de las acciones sindicales. Pero los problemas y errores del sistema informático Millennium, los continuos retrasos en las consultas, los fallos en laboratorio, la falta de cobertura telefónica y la reciente caída de la red que sustenta el hospital, han logrado unir sensibilidades de lo más diversas. La concentración ante el nuevo HUCA, la segunda protesta laboral en apenas dos semanas (la primera fue de pinches), fue una muestra de que en La Cadellada hay máxima tensión y sobre todo, mucho cabreo por la «precipitación y el caos» con la que se llevó a cabo la apertura. «Hay que dejar claro que esto no puede seguir así, las autoridades tienen que hacer algo», reclamaba un facultativo de urgencias, que aseguró que el miércoles un problema en laboratorio retrasó más de ocho horas las analíticas o que hubo enfermos que tuvieron que aguardar hasta diez horas para ingresar en planta.
«Esto es un sindiós. Hay problemas de seguridad para el paciente, por mucho que el consejero de Sanidad pretenda negarlo», apostillaba otra médica en un improvisado corrillo que se formó entorno a EL COMERCIO al poco de concluir la protesta.
«Ni un día más así»
Precisamente, la seguridad de los enfermos (en realidad la falta de ella) fue uno de los motivos de la concentración de ayer y también de la denuncia que hizo pública el presidente de Atención Especializada del Simpa, Ángel Colmeiro. «Los enfermos ingresados corren riesgo y los políticos deben dejar de mentir», alertó. «No podemos seguir así ni un día más porque nuestro compromiso es con los pacientes», reclamó.
Lo dicho por Colmeiro y refrendado por el responsable del Sicepa, Francisco Menéndez, tuvo su máxima expresión en un comunicado posterior de la Junta de Personal, en el que alerta de un reguero de problemas de seguridad que han sido puestos en mano de la Inspección de Trabajo (ver ficha). Los sindicatos consideran «grave» lo del HUCA, y atribuyen su resultado a «la actitud dictatorial de la Administración». Además, lamentan que «después de todos los millones gastados en ornamentación y jardinería, no sea posible dotar de condiciones mínimas de trabajo que exige la ley». Finalmente, dan su «enhorabuena al personal por su entrega, y a los pacientes, por su paciencia».
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