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Las defunciones duplican ya a los partos

La natalidad, que había mejorado en la época de bonanza, se desplomó un 12,5% en 2013. Gijón y Avilés son las que más empeoran la estadística

Marco Menéndez

Miércoles, 25 de junio 2014, 00:21

Desplome de la natalidad en Asturias. El año pasado la región dio la bienvenida a 6.669 bebés, un 12,5% menos que en 2012. Fue el retroceso más acusado de todo el país y agrava todavía más el declive demográfico de una región que, de nuevo, se sitúa como colista nacional en nacimientos (con 6,3 por cada 1.000 habitantes) y líder en defunciones (12 por cada 1.000). Los decesos prácticamente duplican a los partos.

Los datos los dio ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE) que confirma así sus peores estimaciones. Sus especialistas ya avisaron que a este ritmo Asturias habrá perdido 67.089 habitantes en 2022, lo que supondría una contracción del 6% de su censo.

La depresión vegetativa se ha instalado incluso en el área central, la de mayor pujanza económica. El año pasado en Gijón hubo 1.744 nacimientos (un 20,7% menos que en 2012) y Oviedo logró 1.750 (un 9,7% menos que el ejercicio anterior). En Avilés se dieron 513 alumbramientos (un 27,9% peor que en 2012) mientras que en Siero hubo casi un parto cada día (360 en total, un 10,4% menos que el año anterior).

Durante la época de bonanza el Principado experimentó una lenta mejora de la natalidad, suficiente para justificar cierta esperanza. Es cierto que ni entonces los partos bastaban para alcanzar la tasa de reposición, es decir, para igualar a las defunciones, pero la evolución era positiva. En 1996 hubo 6.530 bebés y a partir de ahí las asturianas mejoraron la cuenta casi sin interrupción hasta alcanzar los 8.221 alumbramientos de 2008. La progresión resultó así del 25,9%. El problema es que desde entonces la natalidad se ha deprimido a velocidad de vértigo. Tanto como para que en apenas cinco años el volumen de alumbramientos haya regresado al nivel de la década de los 90.

La evolución de la región en este sentido es similar a la del resto del país. Los nacimientos en España también fueron multiplicándose durante la época de expansión económica contrayéndose desde 2008 en un 18,1%. La mengua en Asturias desde el estallido de la crisis es levemente peor, un 18,8%, principalmente debida a la depresión registrada el pasado año.

La región ha entrado en una dinámica perversa donde la natalidad no es el único de sus problemas. El saldo vegetativo de 2013, esto es, la diferencia entre nacimientos y defunciones, resultó negativo en 6.051 asturianos. Supone el segundo peor dato desde 1975 pero cabe hacerle un matiz. El padrón municipal asegura que el año pasado el Principado perdió en total 9.195 vecinos. El registro evidencia así que los fallecimientos están menguando la población, pero que el padrón también se desangra por el lado de la emigración.

El declive de los autóctonos se está cebando con el noroeste, toda vez que los números de Asturias sólo los empeoraron Galicia y Castilla y León, como muestra la tabla adjunta. Madrid y las comunidades del Mediterráneo por contra son las que tiran del saldo vegetativo del país.

Hay factores geográficos incidiendo en la demografía, pero también culturales. Entre estos cabe anotar cómo cada vez las madres lo son más tarde; el año pasado la edad media de las parturientas españoles se elevó hasta los 32,2 años. El número medio de hijos por mujer también se contrajo, hasta los 1,21 en el caso de las españolas de nacimiento y los 1,5 en el de las extranjeras.

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