Gijón, sin desfile de carnaval y con el Muro inundado

El mal tiempo ha obligado a suspender el tradicional desfile del Antroxu de Gijón. Pese a que todavía esta mañana se había decidido mantener la principal actividad de los carnavales gijoneses, el progresivo empeoramiento del tiempo ha obligado a las autoriades municipales a anular las actividades previstas para esta tarde. La lluvia, que ha comenzado a caer con intensidad desde primera hora de la tarde y sobre todo el viento han aconsejado a adoptar esta decisión por razones de seguridad. Los responsables del Teatro Jovellanos han acordado que los premios de las charangas se entregarán únicamente en función de la puntuación recibida surante su actuación del fin de semana en el teatro y serán anunciados mañana. Respecto a las carrozas, al suspenderse el desfile, los premios previstos en metálico se dividirán entre todas las carrrozas inscritas, recibiendo todas ellas las misma cantidad. Pese a la suspensión del Carnaval, algunos de los grupos participantes no se han arredrado y, desafiando a la lluvia, se han puesto a bailar en las inmediaciones de la plaza de toros. Finalmente, con la tormenta arreciando, la mayoría ha terminado por desistir.

Espectacular oleaje

De hecho, la climatología ha sido la gran protagonista de la jornada en la ciudad. Desde primera hora de la tarde, el oleaje ha comenzado a superar El Muro, llegando a las calles adyacentes y obligando a cortar un carril al tráfico por completo desde la Iglesia de San Pedro al Tostaderu, donde también se desbordó el agua. La situación ha llamado la atención de cientos de curiosos. Tanta expectación ya obligado a la Policía Local a establecer un cordón de seguridad en toda la zona del Muro para evitar que se produzcan situaciones de riesgo.

Despliegue de Protección Civil

La suspensión del desfile del Antroxu ha permitido que los cincuenta efectivos de Protección Civil destinados al Carnaval hayan podido desplazarse a la zona del Muro. Junto a la Policía Local se han encargado de vigilar la zona y cortar los carriles hasta la mediana tanto al tráfico de vehículos como al paso de personas para garantizar la seguridad de los numerosos curiosos que se habían congregado en las inmediaciones.