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AZAHARA VILLACORTA ,OLAYA SUÁREZ
Jueves, 13 de febrero 2014, 21:24
Tomasín ha sido condenado por el homicidio de su hermano, Manuel R. V., un crimen que tuvo lugar en La Llaneza (Tineo), en 2011. El jurado consideró que actuó en defensa propia para repeler el ataque de éste y por seis votos a tres se muestra favorable al indulto. En el fallo se tiene en cuenta un eximente incompleto por legítima defensa y un atenuante leve por alteración psíquica. No obstante, y a pesar de que cinco de los miembros del jurado votaron que era legítima defensa y cuatro que no, la fiscalía pide siete años por el homicidio y dos por tenencia ilícita de armas. El jurado no considera que el hecho de ser hermanos sea un agravante, sino todo lo contrario, porque cree probada la mala relación existente entre ambos. El abogado defensor pide, sin embargo, tres años de cárcel. El juicio ha quedado visto para sentencia.
Vecinos y familiares ya habían asegurado que la víctima agredió y maltrató durante toda la vida al acusado, pero los psicólogos forenses no habían considerado que fuera "una persona débil y manipulable". "En las conversaciones nos intentaba llevar por su terreno y no parece que tenga una personalidad sobre la que se pueda dominar o controlar; además, simulaba y jugaba a decirnos cosas excéntricas para que creyésemos que estaba loco", declararon.
Ayer mismo, 'Tomasín' aseguro que era inocente. "No soy culpable. Yo no lo hice. Deseo recuperar mi libertad y salir de Villabona", afirmó en su alegato final en un intento por convencer al jurado popular encargado de juzgarlo en relación al crimen de su hermano. La fiscalía solicita 22 años de prisión.
Si las dos primeras sesiones del juicio había permanecido quieto, impávido y cabizbajo, ayer 'Tomasín' se revolvía continuamente en su silla al escuchar a los médicos forenses argumentar que padece "una fobia social y un trastorno de la personalidad que le impide relacionarse con normalidad". Pese a no considerar que "presente un retraso", a raíz de los exámenes a los que fue sometido detectaron que "para él, relacionarse con los demás supone un auténtico tormento". "Trata de relacionarse, pero le vence la timidez y el miedo al rechazo y por ese motivo tiene una gran adicción al alcohol", añadieron.
Los psicólogos forenses dependientes del Instituto de Medicina Legal que intervinieron fueron mucho más contundentes y aseguraron que 'Tomasín' "no es tan loco como intenta aparentar". "En las conversaciones que mantuvimos con él nos intentaba mostrar que tenía alucinaciones y decía incluso que le gustaba ver a los humanos a punto de morir, pero no lo tuvimos en cuenta porque era parte del guión que tenía preparado en su propia defensa", explicaron, a la vez que hicieron hincapié en que el procesado no "tiene retraso y ha sido autosuficiente toda su vida. Con necesidades básicas, pero autosuficiente al fin y al cabo".
«Ni débil ni manipulable»
Entre los peritos citados ayer en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, en Oviedo, estaba también el psiquiatra Julio Bobes, quien compareció a petición de la defensa del enjuiciado. El médico se pronunció en el mismo sentido que sus compañeros, apuntando que "su cociente intelectual se sitúa en el límite; no es retrasado, pero procede de un medio extremo y no procesa bien lo que tiene delante".
Bobes hizo referencia también a las dificultades que presenta el reo a la hora de desarrollar su vida cotidiana en el centro penitenciario de Villabona, donde se siente «completamente fuera de lugar».
La vista oral concluyó ayer con la declaración de los médicos forenses y las conclusiones de la representante del ministerio fiscal y del abogado de la defensa, quien solicita la libre absolución argumentando eximentes completas debido a su estado mental. Los nueve miembros del jurado popular deberá hoy reunirse para emitir un veredicto sobre la culpabilidad del procesado.
'Tomasín' tuvo en jaque a la Guardia Civil 57 días, los mismos que permaneció escondido en los montes de Tineo. El cadáver de su hermano fue encontrado con dos tiros junto a la cabaña en la que el acusado residía desde hacía diez años "debido a la imposibilidad de convivir con su hermano en la casa familiar por las malas relaciones que mantenían". Tras su detención confesó haberlo matado, sin embargo, dijo que había sido "otro hombre".
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