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MIGUEL FERNANDI , LOGROÑO
Domingo, 26 de enero 2014, 22:49
Muy lejano quedaba ya el recuerdo entre los oviedistas del partido del Plantío. En aquella primera jornada, los carbayones ganaban 1-2 después de un gran choque que confirmaba las expectativas creadas durante la pretemporada. Pareció un espejismo porque el equipo de Granero comenzó a ir de más a menos en el campeonato hasta vivir la semana más complicada de la historia reciente con un sonrojante empate en Noja y una mal digerida derrota ante el Racing de Ferrol. La victoria ante el Tropezón no serenó los ánimos y la plantilla asturiana dio su mejor versión en Logroño para que las aguas vuelvan a su cauce.
La tarde finalizó redonda, además, con las derrotas del Racing de Santander y el empate del Racing de Ferrol que ponen al Oviedo a tres puntos del liderado aunque continúa en la cuarta posición de la tabla clasificatoria.
A Granero no le quedó más remedio que realizar cambios en el once ante las ausencias de Álvaro y Eneko. No hubo experimentos con gaseosa. David Alba jugó en el lateral derecho y Señé en el interior zurdo. No es la posición natural del catalán pero tampoco desconocida para él. Aunque quizás la mejor noticia para el Oviedo es que quizás se haya dado con la tecla a la hora de organizar el juego. Erice y Héctor Simón hicieron mover al equipo, distribuir el juego y complementarse. La mayor carencia de los ovetenses a lo largo del campeonato.
La primer mitad fue del Oviedo sin discusión. Los azules fueron dueños absolutos de la situación ante una Unión Deportiva Logroñés que buscaba los contragolpes que nunca aparecieron que sólo fue capaz de tirar entre los tres palos al borde del descanso y sin ningún peligro.
Sin demasiada presencia ofensiva de los hombres de Granero, sí que hicieron los azules méritos para incluso irse al descanso por delante en el marcador. Miguel tuvo que emplearse a fondo en un gran lanzamiento de falta de Susaeta a los 9 minutos y Alain erró a los 21 delante del cancerbero.
Los asturianos no entraron bien a la primera mitad y el temprano gol de Goñi a los 55 minutos los tuvo noqueados. El resultado era injusto y el Oviedo mostraba la cara del equipo con dudas y abatadido de otras tantas tardes. El empate once minutos después valió para mucho. Fue otra vez a balón parado, pero la jugada era lo de menos. Javi Hernández remataba un corner de cabeza para poner el 1-1.
Señé le daba la vuelta al resultado tras un gran chut desde la frontal. El Oviedo demostraba ser un equipo a lo que llaman grandes, de pegada y de saber cerrar los partidos aunque, antes de hacerlo, Pol tuvo que intervenir a seis minutos para el final. Luego apareció Sergio García para firmar un doble en los minutos 87 y 88. Dos balones sueltos, velocidad, internada en el área y dudas fuera.
La tranquilidad parece haber vuelto al Oviedo. El domingo nueva cita, llegará el Ourense al Carlos Tartiere y con ella una nueva oportunidad para que equipo y afición vuelvan a ir de la mano. Sería lo ideal.
Directo 372824 Si
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