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ÓSCAR CUERVO
Sábado, 24 de agosto 2013, 02:13
El barrio gijonés de Cimadevilla ya se encuentra controlado por agentes de la Policía Local que tienen como objetivo vigilar que los adolescentes no hagan 'botellón' en sus calles. La nueva ordenanza cívica municipal establece un endurecimiento de las normas en este sentido y desde hoy ya se actúa para solucionar este problema que afecta a Gijón desde hace años. Los centenares de jóvenes que hasta ahora bebían alcohol en la calle sin preocupaciones lo tendrán más difícil.
En estos momentos, la afluencia en Cimadevilla es escasa, pero se espera que en las próximas horas haya un buen número de personas, por lo que se han vallado las escaleras de la plaza de Arturo Arias (la del Lavaderu) para evitar aglomeraciones.
Tres parejas de la Policía Local patrullan la zona. Dos agentes custodian la calle que sube del Ayuntamiento al Lavaderu y dos vehículos están en la plaza de Arturo Arias, uno se encuentra frente al edificio de Tabacalera y el otro junto a la sidrería El Requexu.
Los agentes han explicado que, en principio su jornada laboral es "normal", aunque han reconocido no saber con exactitud cuántas horas tendrán que trabajar hoy, ya que debido a la escasez de personal en el cuerpo tendrían que hacer horas extra.
Un fenómeno que cobró importancia este verano
El botellón ha adquirido unas dimensiones más espectaculares durante el presente verano, tanto en Cimadevilla como en Somió y en otras zonas de la ciudad y, ya con la nueva ordenanza municipal de convivencia, el Ayuntamiento entiende que ha llegado el momento de ponerle coto. Lo había anunciado el concejal responsable de Seguridad Ciudadana, Rafael Felgueroso: se empezaría a actuar después de las fiestas de Begoña. Eso sí, desde ese departamento municipal municipal matizan: que nadie espere actuaciones espectaculares. Es más, se asume que «la solución al asunto del botellón no puede ser inmediata».
Críticas
A pesar de que el equipo de Gobierno señaló que se actuará con prudencia, el PSOE ha expresado su desacuerdo con la medida. La concejala socialista Begoña Fernández manifestó ayer la «preocupación» que existe en su grupo sobre el modo en que se pueda aplicar a partir de hoy la ordenanza. La edil recordó que el PSOE se mostró contrario desde el principio al contenido de esta norma, para cuya redacción considera que no hubo el suficiente diálogo. Pero admite que una vez aprobada «como todas las ordenanzas, se tiene que aplicar». En cualquier caso, cree que el gobierno municipal está actuando de forma «negligente» y «ha incumplido la obligación de informar y sensibilizar a la población antes de sancionar».
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