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CARMEN ORTEGA
Martes, 2 de octubre 2012, 04:12
De película de Almodóvar. O casi, si no fuera porque los perjudicados son un par de ancianos emparentados con un actor. La pose de ayer de César Vea no tenía nada que ver con su último papel, cuando encarnó al sanguinario Pedro Girón en la serie Isabel. El capítulo en el que el intérprete riojano moría fue el espacio más visto de ese día, con casi cuatro millones de espectadores.
Ayer no llevaba cota de malla ni empuñaba espada. Sencillamente simbolizó la desesperación de sus primos Luisa y Luis Espinosa Angulo, de 68 y 70 años de edad respectivamente, encadenándose a la reja de una de las ventanas de Bodegas Valoria, a escasos kilómetros de Logroño, en pleno Camino de Santiago. «Mis primos no tienen ni para comer, les he avalado en un préstamo personal, tienen hipoteca y pagos que no pueden hacer porque no cobran el vino». Así justificaba Vea su nuevo papel de defensor de las causas difíciles.
Junto a él estaba en todo momento Luisa, una mujer soltera que junto a su hermano, también soltero, vive en una casa en El Villar de Arnedo, el pueblo natal de César Vea, a poco más de treinta kilómetros de Logroño.
«Eran los ahorros de toda la vida», explicaba Luisa. Durante varias campañas, habían recogido la uva de sus dos parcelas y habían elaborado y criado vino en sus cubas de madera. Acordaron el pago de 61.000 euros por 25.000 litros. Y pactaron que se haría en distintos pagarés en septiembre. A primeros, según los viticultores; a mediados, según la empresa. El caso es que ayer, 1 de octubre, y ante la amenaza de Vea de encadenarse, se realizó una transferencia de 15.000 euros. Quedan pendientes otros 40.000, porque los primos de Vea habían cobrado pequeños pellizcos de la empresa por valor de 6.000 euros.
«No hay derecho a que se monte este expolio por un retraso de veinte días de una parte del pago», criticaban ayer desde Bodegas Valoria. También consideraban que Vea «se ha precipitado», ya que la transferencia «se ha hecho efectiva a las diez de la mañana, una hora después de que él hubiera mirado en la Caja». Los bodegueros reconocían haber pedido a los viticultores villarejos que no hicieran efectivos los pagarés en septiembre porque carecían de fondos. «Estamos justos de dinero, pero la situación es normal. Lo de retrasar los pagarés es una práctica habitual», señalaron. Navarro López Group, al que pertenece Valoria, declaró una facturación de 14,5 millones en 2010.
En nota oficial, Bodegas Valoria anunciaba su intención de denunciar a Vea «por dañar la imagen» de la empresa. También aludía a supuestas amenazas del actor a varios de sus directivos. «Tengo un hacha en el pueblo con la que puedo llevar a más de uno al cementerio», es una frase que le atribuye el comunicado.
«Mis primos no tienen para comer y los directivos de la bodega se pasean en Mercedes», apostillaba Vea. «Dicen que no tienen ni para comer, pero han venido a la bodega en un Porsche Cayenne», contestaban desde la empresa.
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