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ALEJANDRO CARANTOÑA
Martes, 3 de julio 2012, 16:18
Ni una final de Champions, ni una Copa del Rey: hileras e hileras de autobuses desembarcaban junto al estadio Santiago Bernabéu, bajo un plomizo calor castellano, a los 10.000 mineros que habían llegado desde toda España para manifestarse frente al Ministerio de Industria por el mantenimiento de las subvenciones al carbón.
La marcha, consensuada por todas las fuerzas sindicales, ha tenido especial tirón entre el sector asturiano, que ha reunido a unos 3.000 trabajadores, prejubilados, simpatizantes y familiares. Han partido de madrugada para llegar, manifestarse, y volver: era un viaje relámpago que empezaba, en el caso del convoy al que acompaña durante esta jornada EL COMERCIO, a las 4 y media de la mañana en Mieres.
La manifestación se inció en el propio aparcamiento del estadio Santiago Bernabéu a las 11 de la mañana, donde permaneció casi tres cuartos de hora mientras que todas las fuerzas hacían declaraciones. Del desembarco asturiano, destacaba la presencia de Jesús Gutiérrez, secretario de organización de la Federación Socialista Asturiana, que viajaba en el autobús del sindicato SOMA-UGT-FIATG. También parlamentarios socialistas de otras regiones se sumaron a la marcha.
Se encontraban en Madrid los líderes de los sindicatos mayoritarios: del SOMA, José Ángel Fernández-Villa, que quiso señalar la «deuda histórica» que España tiene con Asturias; Justo Rodríguez Braga, líder de UGT; y Antonio Pino, de CCOO; así como Gaspar Llamazares, diputado de Izquierda Unida, y Cayo Lara, coordinador general de la formación.
También fue amplia la representación de Foro Asturias, dividida, como explicaba su presidente, Francisco Álvarez-Cascos, en dos segmentos: el «institucional», encabezado por Enrique Álvarez Sostres, que se encontraba mezclado con la cabecera de la manifestación; y el de «las bases», que permanecía en la cola de la marcha y que lideraba el propio Álvarez-Cascos. Cascos aprovechó la ocasión para urgir al Ejecutivo a «cumplir el contrato que tiene con Asturias, que ha cumplido su parte».
No hubo políticos asturianos del PP en la marcha, aunque sí alcaldes populares de algunos municipios leoneses que, al igual que la Junta de Castilla y León, reclamaron al Gobierno de Rajoy que rectifique su decisión de recortar las ayudas al sector minero.
Incidentes al cierre
La manifestación recorrió por fin, por el lateral del paseo de la Castellana, los 600 metros que la separaban de su objetivo, un Ministerio de Industria blindado por antidisturbios. Frente a él iban deteniéndose las legaciones sindicales (la primera, la de UGT del pozo Candín, en el que cinco mineros comenzaron un encierro el pasado martes) y lanzando los consabidos petardos y voladores. Mientras que terminaba este desfile y concluían las intervenciones de los líderes en un estrado instalado al efecto, justo enfrente del edificio, un pequeño grupo de mineros se encaraba con la Policía, que trató de rodearlos para disolverlos pero que acabó en una estampida Castellana abajo, de vuelta, regada con pelotas de goma y los intentos de los mineros de cortar el tráfico de la arteria madrileña sin éxito.
El balance final parece ser de 6 mineros, 4 policías y 2 periodistas heridos, en el fragor de una urgente batalla campal que acabó con alguna papelera volando, bordillos levantados y antidisturbios aislados, inmediatamente socorridos por sus compañeros.
Como consecuencia de los enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía, 12 personas sufrieron contusiones y, según confirmaron fuentes policiales y de Emergencias Madrid, las detenciones fueron "al menos dos" y se han producido por "alteración del orden público". Según UGT, las detenciones realizadas por la Policía son tres y fueron "sin motivo"
Por último, se produjeron algunos incidentes a la salida de los autobuses de vuelta a sus lugares de origen, en torno a las 2 de la tarde, cuando la Policía trató de registrar algunos de ellos y, según los manifestantes, multaron a uno porque sus ocupantes no llevaban cinturón de seguridad. La tensión, no obstante, se disipó a medida que se vaciaban los aledaños del estadio Santiago Bernabéu.
Directo 48294 Si
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