170 presos menos en Villabona

El Centro Penitenciario de Villabona alberga actualmente entre 1.485 y 1.490 reclusos, unos 170 menos de los que tenía hace año y medio, tras la entrada en vigor de las últimas modificaciones legislativas que ha habido en el ámbito penal, informó hoy la Delegación del Gobierno en Asturias.

Este descenso, que se viene produciendo de forma progresiva desde hace varios meses, se debe también a la apertura de otros centros penitenciarios que se ha llevado a cabo en desarrollo del Plan de Amortización y Creación de centros.

Según la Delegación del Gobierno, esta circunstancia está repercutiendo tanto en la calidad de la asistencia a los reclusos como en una mejora de las condiciones laborales de los trabajadores penitenciarios lo que revierte en una mejor convivencia entre los internos y disminuye los conflictos que, en su mayoría, eran de escasa relevancia.

Esta tendencia a la disminución del número de internos tiene reflejo también en su distribución en el seno de la prisión después de que el mes pasado se iniciara la integración del Módulo 6 en la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE) número 3.

Así, el número de internos que conviven en las UTE se aproximaría a los 600 lo que contribuye a mejorar la seguridad y permite proporcionar a los internos "un tratamiento más acorde con sus características y de mayor calidad", según el Gobierno.

Además, casi 300 internos dependen del Centro de Inserción Social, anexo al centro penitenciario, y que son aquellos que se encuentran en la última etapa de su condena trabajando en el exterior, con medios telemáticos o acudiendo en una comunidad terapéutica.

Por su parte, el Módulo de Respeto de Mujeres alberga actualmente a 70 internas y el resto de internos se distribuye en los módulos 7, 8 y 9, además de la enfermería, que viene albergando una media de más de 75 reclusos.

Los responsables de Villabona, en aplicación de una reciente instrucción de Instituciones Penitenciarias, están desarrollando además un Plan de Intervención en materia de drogas que está permitiendo intensificar la lucha contra el tráfico de estas sustancias en el centro penitenciario con la coordinación de las áreas de Seguridad, Sanitaria y de Tratamiento.

Así, el pasado mes de julio el juzgado de lo Penal número 1 dictó una setencia que condenaba a un interno como autor de un delito contra la saludo pública a la pena de dos años de prisión al habérsele incautado en una actuación de los funcionarios 0,84 gramos de hachís y dos comprimidos de trankimazín.