Una fabada de Guinness

La unión hace la fuerza y también ayuda a un pueblo a entrar en el Libro Guinness de los Récords. Así lo demostró ayer la comisión de fiestas de Arbón, en Villayón, que superó el difícil reto de reunir a más de 1.500 personas comiendo fabada a la misma hora y en el mismo lugar. De hecho, y a falta de hacer el recuento final, la organización estima que se alcanzaron los 1.700 comensales, con lo que el logro alcanzado hace varios años en La Felguera ha quedado superado.

Ese encuentro y el celebrado ayer en Arbón tienen en común al cocinero, el hostelero naviego Pepe Santiago, que ha utilizado por primera vez en la comarca la perola gigante que estrenó el Día de Asturias en Ribadesella (también con una fabada) y que le mereció a finales del año pasado el Premio Nacional de Hostelería.

Antes de iniciar el reparto de las raciones, Santiago detalló que la fabada elaborada, suficiente para 2.000 personas, contenía 300 kilos de fabas de Villayón certificadas por el Consejo Regulador y 800 kilos de compango, que varios voluntarios colocaban cortados sobre las legumbres en cazuelitas de barro antes de entregárselas a quienes hacían cola para degustar el plato.

Estos datos han sido registrados por un notario, que dará parte a la organización del Guinness, que aún debe confirmar y notificar el logro de Arbón, donde hasta el último momento había dudas sobre el objetivo a alcanzar. Y es que, según explicó Juan Fernández, miembro de la comisión, para algunos se trataba de superar los 1.500 comensales, mientras que otros buscaban hacer la fabada más grande del mundo en una única perola. En cualquier caso, el récord se ha conseguido, pues el nombre de Arbón puede figurar bajo ambos epígrafes en el libro de los grandes logros.

Reivindicación

Con esta singular iniciativa, que permite recaudar fondos para las próximas fiestas de Arbón (que tendrán lugar en julio), la comisión de fiestas también perseguía celebrar otro éxito: conservar las plantaciones de fabas del concejo, uno de los de mayor producción del Consejo Regulador. Según recordó Santiago, hace varios años se proyectó una nueva carretera que atravesaría varias de las fincas, lo que diezmaría el cultivo de fabas de Villayón.

A modo de protesta, los vecinos decidieron organizar una gran fabada que pusiera de manifiesto la cantidad y calidad del producto local. El ambicioso objetivo se consiguió y, una vez ejecutado otro trazado, se decidió organizar una fabada aún mayor que la primera «en el mismo sitio y el mismo día de Sábado Santo» para celebrarlo. Y dado el éxito del encuentro, al que acompañó el buen tiempo, sus responsables ya piensan en próximas ediciones.