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E. C.
Domingo, 15 de noviembre 2009, 03:35
La merluza del pincho de Cudillero se convertirá, con toda probabilidad, en el primer pescado asturiano con denominación de origen. El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores pixueta, Salvador Fernández Marqués, confía en obtener ayudas de la Dirección General de Pesca en el presupuesto del próximo año y poner en marcha el proyecto, en el que se lleva trabajando tres años con subvención europea, con vistas a la próxima primavera, una buena época para la pesca de la merluza.
Los productos de la pesca no pueden tener una denominación de origen propiamente dicha, ya que no es posible asociar todo el desarrollo de un pescado a determinada área geográfica, como ocurre con el vino de Cangas del Narcea o con la faba asturiana, por ejemplo.
Sin embargo, la Cofradía de Pescadores de Cudillero, con aval externo e independiente, es decir, de una entidad creada al efecto y ajena al cabildo, quiere garantizar al consumidor que los ejemplares que lleven su marchamo de calidad han sido capturados en los caladeros tradicionales de la flota pixueta, por embarcaciones adscritas a la propia cofradía y, como máximo, en las 24 horas anteriores al momento de la subasta.
La iniciativa busca poner en el mercado una diferenciación de productos que el etiquetado preceptivo del pescado aún no distingue, de forma que la merluza capturada en el día por la flota artesanal puede convivir en el mostrador de las pescaderías con la misma etiqueta que los ejemplares procedentes de Gran Sol, con varios días de hielo en las bodegas si la captura se produjo en los primeros días de la marea, es decir, fácilmente una semana.
Distinguir sin denostar
En todo caso, Salvador Fernández Marqués hace hincapié en que etiquetar aparte las merluzas del pinchu de Cudillero, con algún distintivo inseparable de cada pieza e indeleble, sólo pretende aprovechar la buena fama que tienen las capturas pixuetas y en absoluto desea denostar otros productos. Debe ser el consumidor el que, con toda la información a su alcance, decida luego qué es lo que quiere y lo que merece la pena comprar.
Ni que decir tiene que la expectativa de la flota de Cudillero es conseguir mejor precio por sus capturas, si están adecuadamente identificadas, sin engaño posible ni por parte de los pescadores, ni por parte de ningún otro agente involucrado en todo el proceso de distribución y comercialización.
La garantía de que cada ejemplar marcado cumple todas y cada una de las condiciones acordadas se fundamenta en la inalterabilidad de un proceso informático en el que las personas, y por lo tanto sus intereses, tendrán la menor participación posible. Así, las embarcaciones que quieran acogerse a la iniciativa tendrán que instalar unos equipos y unos programas de valor considerable, motivo por el cual será necesaria una ayuda de la Administración regional para convertir en realidad lo que todavía no pasa de expectativa.
Hasta ahora, los estudios realizados se enmarcaron en el programa Cudillero Rural, Living Lab, del Sexto Programa Marco de la Comisión Europea.
Una rula especializada
La rula de Cudillero vendió el pasado año cerca de 125 toneladas de merluza, que alcanzó en primera venta un precio medio de 6,22 euros por kilo. Es significativo de la especialización en la merluza que tiene la flota pixueta el dato de que el 74,82% de la totalidad del pescado subastado en dicha lonja corresponde a la citada especie.
En principio, no hay razón alguna para que barcos que faenan en Gran Sol no puedan subastar sus capturas en la rula pixueta, pero la práctica demuestra que la merluza allí vendida corresponde al medio centenar de barcos y cerca de 150 pescadores que podrán verse ahora beneficiados con el aval del marchamo de calidad.
Aún sin tal distinción, la merluza subastada en Cudillero logra un precio medio más alto que el conjunto de las rulas asturianas, donde el pasado año fueron vendidas casi 1.860 toneladas de merluza, a un precio medio de 4,65 euros el kilo.
Fernández Marqués no descarta que otras cofradías asturianas o el mismo Gobierno regional promuevan otros etiquetados especiales para el pescado de bajura. Es más, asegura que la iniciativa ahora planteada está reservada para los pescadores de una sola cofradía porque resulta más sencillo de aplicar a pequeña escala. De hecho, algunas especies esperan desde hace tiempo incorporarse al programa Alimentos del Paraíso, que promueve el Principado. Sin embargo, la singularidad de los productos de la pesca retrasa el paso definitivo y algunos plazos anunciados están superados.
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