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Rossen Milanov, en su despacho de Oviedo. :: JESÚS DÍAZ
«La música lleva siempre a la esperanza»
Cultura

«La música lleva siempre a la esperanza»

El maestro, que abre mañana la temporada de la orquesta, quiere recordar que «España fue inspiración de grandes compositores internacionales» Rossen Milanov Director titular de la OSPA

PACHÉ MERAYO

Jueves, 27 de septiembre 2012, 11:49

Tenía ocho años cuando ofreció su primer concierto. Ahora Rossen Milanov (Sofía, 1965) pone el alma en la batuta, entonces se mecía en las cuerdas de un violín. El nuevo titular de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, la OSPA, ha vivido siempre abrazado por la música, por eso la entiende como parte de la vida. Por eso tiene una cruzada para que el resto de la sociedad le deje inyectársela en sus venas. Y en ese ejercicio está este búlgaro que se esfuerza en hablar español, sonríe constantemente y ya se ha dejado embrujar por los sabores de esta geografía. Mañana dirige el concierto de apertura de la nueva temporada de la orquesta, en el Auditorio Príncipe Felipe, y en su programa algo más que un guiño a la tierra.

-Para abrir boca ha elegido 'Capricho español', de Rimsky-Korsakov, la primera obra sinfónica sobre temas populares asturianos de la historia. ¿Quería tener un gesto evidente?

-Es muy importante para mí que España esté presente no solo con su música, sino con la que composiciones de otros países que fueron inspirados por la cultura española. En esta obra, además, por la cultura asturiana. Quiero hacer un guiño a lo local, a lo nacional.

-Lo hace también con otra de las obras, 'Iberia', de Debussy.

-Sí, quiero contar España, a través de las obras de los compositores extranjeros.

-¿Se puede trasladar a palabras esa visión?

-Los compositores de fuera ven a este país como algo exótico, con un folclore muy típico. España es algo fuerte, como su comida, con mucho sabor y mucho carácter. Para los compositores rusos, por ejemplo, lo más llamativo es el ritmo. Para los franceses, como Debussy es el fluir, la esencia, la poética. No hay más que ver los diferentes movimientos que compone Debussy en 'Iberia'. Los titula 'Los perfumes de la noche' o 'Por las calles y los caminos'.

-Ya conoce a la orquesta, la ha dirigido en 5 ocasiones. Pero ¿hay nervios al inicio de la temporada?

-Ya no, ninguno. Nos conocemos y nos tenemos confianza.

-¿Ya ha encontrado su alma?

-Aún no lo se. Los músicos siempre quieren dar lo mejor de ellos, pero ahora estamos en esos inicios de una relación en lo que todo es exaltación y he de esperar a que llegue la calma para llegar a la perfecta simbiosis.

-España es uno de los temas claros de su programa. Otro es Beethoven. ¿Por qué esa elección?

-Es un compositor gigante. El más importante para el público y la crítica. Es esencial para construir una orquesta, para no limitarla a un solo estilo. Tras todo el periodo de búsqueda de un director titular, la agrupación necesita poder volver a la base y con ese mensaje que Beethoven da de unidad, que hace tanta falta. Es muy importante que la música refleje a la sociedad. Cuando hay problemas fuertes, como ahora, en la sala de conciertos debe haber un mensaje de esperanza, de que todo es posible cuando caminamos juntos por un único objetivo y Beethoven es un buen ejemplo de ese mensaje.

-¿Usted cree que la música reconforta y da esperanza?

-Sí. La música lleva siempre a la esperanza. Los conciertos no son solo una manera de presentar las obras de los compositores, sino también un modo de emitir un mensaje emocional. La música no es mero espectáculo, va mucho más allá.

-Quiere implicar a la sociedad en ese hecho. ¿Cómo?

-Con conciertos diferentes, diseñados para un público diferente. Con el concierto del viernes, por ejemplo, reclamamos a nuestro público habitual, pero queremos hacer otros en los que, además de presentar la obra, se den instrucciones desde el escenario y no me refiero solo a un concierto didáctico, sino a charlas, a conferencias unidas a la música para poder conocerla en profundidad. También queremos hacer conciertos que impliquen efectos visuales, pero de eso no puedo hablar todavía.

-Hábleme del proyecto educativo 'link-up' heredado del Carnegie Hall.

-Es un programa muy innovador y con gran reputación que consiste en que los chicos tienen durante todo el año un guía que les prepara para venir a tocar con nosotros. No vienen a escuchar, vienen a intervenir y así aprenden de una manera eficaz y divertida. En realidad, toda la enseñanza tiene forma de juego. Los chicos tienen que superar diversos retos, pero siempre como si estuvieran jugando.

-Cuando se le presentó como director dijo también que quería conectar la música con otras artes.

-Sí, con la pintura, la danza... Un ejemplo dentro de esa línea de programación es el programa de noviembre con la 'Pétrouchka', de Stravinsky, y 'El sombrero de tres picos', de Falla, que contribuyen a rendir tributo a los ballets más importantes de principios de siglo XX.

-Entre las asignaturas pendientes de la OSPA está la internacionalización. ¿Cómo la encara?

-Es muy importante colocar a la orquesta en el mundo. La OSPA toca a un nivel muy alto y pienso que el próximo paso natural es descubrir nuestro lugar para la internacionalización. Hay dos maneras de poderse mostrar, una es grabando y la otra actuando en los mejores festivales del mundo.

-Qué me dice de la financiación ¿Creé que conseguirán implicar a la iniciativa privada?

-Lo primero que he de decir es que agradezco enormemente al Gobierno de Asturias que considere la cultura como un bien común para la sociedad, pero sin ayuda externa la programación nunca será suficientemente rica y universal. Por otro lado, creo que es posible encontrar a personas que tengan la habilidad de apoyar nuestro proyecto como se hace en Estados Unidos.

-¿Fue un niño prodigio?

-(Asiente con la cabeza) A los seis años tocaba el violín, luego el piano y luego el oboe y también cantaba en un coro infantil.

-¿Se sentía diferente?

-Nunca.

-Además de su batuta, en el mundo de la música empieza a ser famosa su cocina. ¿Dónde se siente más maestro con la batuta o con los fogones?

-Con la batuta puedo ofrecer mi menú a miles de personas. En la cocina no llego a más de diez.

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